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jueves, 16 de junio de 2016

MONICA


MONICA

Se cuenta que Monica era una bella muchacha cuya tormentosa y apasionada relacion la llevo a encontrar la muerte, actualmente se rumora que aquella joven de rostro fino, piel blanca y hermosa silueta sale a merodear la ciudad de Arequipa en las noches, buscando hombres jovenes y bellos para llevarlos con ella al otro mundo. Con el tiempo esta increible historia ha sido calificada como un mito, del cual se han desprendido distintas versiones, la mas conocida por todos es la historia del joven motociclista Bernardo.
Bernardo, despues de terminar su turno normal en el trabajo salio con su motocicleta por las oscuras calles arequipeñas a altas horas de la noche, topandose por casualidad con una joven muchacha de apariencia dulce y angelical. Luego de recojerla y prestarle su chaqueta de cuero se dispuso a dejarla en su casa. La joven le agradecio y dijo que llamara a su puerta a la mañana siguiente para recojer su prenda, y asi lo hizo pero se quedo perplejo al ver al padre de la joven, quien le dijo que su hija Monica habia fallecido hace ya 3 años. Bernardo trato de calmarse pero la ansiedad se apodero de el, y se dispuso a pasar por el cementerio a ver si efectivamente la historia que le contaban era real, se asusto mucho al ver su casaca sobre una lapida en la cual estaba escrito el nombre "Monica". Luego de desmayarse y pasar largas semanas en el hospital Bernardo cometio suicidio para estar con ella para siempre

EL HUECO DE CARRETERA


EL HUECO DE CARRETERA
En el camino de Carrera existe un hueco en el cual, según cuentan los antiguos, está oculto un becerro de oro cuyo excremento es también de oro, y su baba de plata.
Este becerro pertenecía a un brujo, quien lo guardó durante toda su vida en un baúl. Más cuando el brujo murió, el becerro salió de la caja donde estaba guardado y se escondió en el hueco o agujero de Carrera.
Para sacarlo y apoderarse de él se necesita mucho coraje, pues hay que librar una feroz batalla con el animal.

YANACOCHA


YANACOCHA
esta leyenda, cuentan que después de la batalla de Ayacucho, los españoles huyeron con todos sus tesoros. Y ya cerca de Huanta, en el cerro de Rasuhuillca, no pudieron continuar llevando tantos tesoros y antes de que cayeran en manos de sus enemigos, prefirieron arrojarlos a una laguna que allí había.
Dicen que por aquella época las aguas de esa laguna eran cristalinas, pero con tanto tesoro perdió el color de sus aguas y se la llamó Yanacocha (Pozo Negro).
Junto con todos los tesoros se arrojó un joven, que murió inmediatamente.
Según nos cuentan dicen que desde que anochece sale de la laguna un toro de oro amarrado también con una cadena de oro. El toro trata de escaparse, pero no puede, por que la cadena la sujeta una hermosa sirena de cabellos de oro.
Y a las doce de la noche, en medio de la lucha del toro con la sirena, se oye una voz que dice:
Yo soy un joven que vine a buscar este dinero pero estoy preso convertido en toro, si sacan este encanto todavía me puedo salvar.
Muchos van a sacar el tesoro pero apenas entran a la laguna desaparecen para siempre en sus negras aguas.

sábado, 11 de junio de 2016

EL CANTO DE LA MUJER PEZ



EL CANTO DE LA MUJER PEZ

Los cuentos y cantos de sirena se suceden casi día a día, pero en enero de 2001 el rumor fue más allá y se hizo noticia. El diario Extra anunciaba que habían atrapado una sirena viva en el Titicaca. “Era época de lluvias –rescata Max Tancara, quien rastreó al misterioso ser por medio lago–. Llovía día y noche y todos trataban de buscar una explicación al hecho. Hasta que las vendedoras de pescado lanzaron su respuesta: dicen que han atrapado una sirena,joven”.Y el Extra puso en marcha una de las investigaciones más extrañas de su vida“Recorrimos varias poblaciones del Titicaca –prosigue Max–. Algunos no sabían nada y otros nos iban dando pistas. Así hasta que llegamos a Santa Rosa de Taraco. Allá todo era silencio,nadie nos quería hablar.Pero en las casas que casi se metían en el lago encontramos lo que buscábamos. Según sus pobladores, uno de los vecinos, Macario Apaza, había encontrado la imagen de una sirena esculpida en piedra y fue a venderla a la Argentina. Para muchos en el pueblo esa fue la causa del desfase que atrajo inundaciones hacia el altiplano”.En La Paz fue tal el revuelo que se agotaron los ejemplares del Extra, en los minibuses se vendían las fotocopias a Bs. 1 y varios periódicos y semanarios le daban columnas a este suceso. Y las semanas siguientes a la primera publicación, el 29 de enero, las historias de sirenas llenaban con sus cantos los corrillos de mercado, las aceras y las tiendas de barrio.Todas tenían similares mimbres: atrapaban a la sirena, ella rogaba que no la sacaran de su lugar de origen y amenazaba con tormentas nunca vistas si no lo hacían. En algunos casos se hablaba de la red de unos pescadores de Tiquina en la que se había enganchado el ser mitológico y donde había muerto; otros decían que se la habían llevado a Puno; y algunos que medía entre 20 y 40 centímetros. Mientras la lluvia era tan intensa que ya afectaba a nueve comunidades de la zona y había arrasado con tierras, casas y cultivos cerca de ViachaY fue entonces que la atención se desvío para otro lado, hacia el puerto de Guaqui. La pintora Marta Cajías, una enamorada de estas ninfas, lo recuerda aún emocionada. “A mí me lo contó una comadre de Puerto Acosta. Me aseguró que la había visto. ‘Es rosadita y con muchos senos’, decía. Según ella, los militares del regimiento de la naval la metieron en una tina de cemento mientras les increpaba en aymara.Los soldados cobraban por dejarla ver, como atracción de feria, y muchos pobladores cuentan haberla espiado de las lomas”.

EL TORO DE ORO


EL TORO DE ORO

Jatun Uchcu, es considerado hoy no solo un lugar turístico, sino un yacimiento de increíbles historias contadas por los pobladores, y que hasta ahora no ha podido ser explorada con intensidad, debido a su profundidad (la falta de oxígeno) y su peligrosidad que desalienta al explorador e investigador a estudiarla. Todos los que han tratado de ingresar, aseguran haber oído hablar que en el fondo hay un toro de oro amarra-do a un frondoso árbol de naranjo, cuyos frutos son también de oro y que está rodeado de hombres petrificados y que es vigilado por un indio de vestidura reluciente. Se dice que este personaje, en las noches de tranquilidad y luna llena, sale a la superficie a tocar su quena con una delicada melancolía. Manuel Nieves Fabián, en su libro «Mitos y Leyendas de Huánuco» nos relata: «Se cuenta que una noche, un hombre que había salido de su casa, volvió y gritando: ‘¡Encanto!, ¡Encanto!, ¡vengan todos! En el cerro hay un hombre como si fuera de plata, brilla como la luna y hasta empaña la vista. ¡Vengan!, ahí está tocando su quena y bailando sobre una piedra. Al escuchar los gritos salieron corriendo sus familiares y sus vecinos, pero no vieron a nadie, sólo la luna alumbraba como si fuera de día.

El hombre no se explicaba cómo había desaparecido tan rápido e intrigado se quedó toda la noche para ver si aparecía nuevamente. Al amanecer, se dirigió a la casa de Tayta Allico para que le explicara sobre el hombre de Jatun Uchcu. El anciano le respondió contando la siguiente historia: El hombre que aparece sobre la puerta de Jatun Uchcu, allá, hace muchos años atrás, había matado a su padre. En castigo, la justicia le condenó a veinte años de cárcel. Cuando se encontraba en prisión se le presentó el demonio y le propuso libertad con la única condición, que al morir su alma le serviría de esclavo. El hombre ni corto ni perezoso aceptó la propuesta y en un abrir y cerrar de ojos, fue puesto en libertad. Cuando ya se encontraba libre, nuevamente se le apareció el demonio para recordar-le el compromiso pactado.
El hombre aprovechó este momento para desconocer al demonio y negar todo tipo de contrato...El diablo ante la desfachatez del hombrecito, sumamente irritado lo cargó sobre sus hombros y lo condujo a Jatun Uchcu. Allí le condenó para que eternamente cuidara los tesoros enterrados en las entrañas, y lo sacrificó.

A partir de esa fecha, el condenado saca al campo a pastar al toro de oro en las noches de luna llena, mientras él toca su quena...En una ocasión, una mujer sorprendió al hombrecito tocando su quena y se enamoro de él, pero el diablo que no quería la felicidad de su esclavo, condujo a la mujer a Ichic Uchcu y la enterró viva. Desde entonces, cada vez que se escucha el sonido de la quena, la mujer sale a bailar y los enamorados tratan inútilmente de juntarse.

Teniendo como argumento este relato muchos han tratado de apoderarse de los tesoros de Jatun Uchcu, pero en sus intentos se han convertido en piedras. Se dice que los hombres petrificados están a la espera de alguien más fuerte que logre vencer al vigilante esclavo y a su patrón para devolverles la vida.

LA CARRETA ENCANTADA


LA CARRETA ENCANTADA

Según contaban algunos ferreñafanos, a media noche y hace muchos años salía una carreta del cementerio y otros que salía de la pampa cercana al molino de Señor Salcedo, en la que no se ha llegado a determinar es a quién o quienes jalaban la carreta; algunos decían que era un caballo de color plomizo, otros que era una mula la que jalaba la carreta, otros lo que los vieron es que sobre el animal iba un jinete vestido de blanco y con varios, ocupantes llevando ramos de flores. 

La Carreta encantada
Carreta encantada guiada por extraño personaje.
Este recorrido lo hacía por la calle Juana Bulnes de Castro, llegando a la calle Tres Marías y en esta esquina descansaba unos minutos, para luego continuar por la calle Real, ingresando nuevamente por la calle Juana Bulnes de Castro donde desaparecían.

Y hay personas que vieron que ingresaba al parque para luego dirigirse a la Iglesia donde bajaban los raros ocupantes para entrar al Templo y elevar sus plegarias al Salvador, para luego dar una vuelta al Parque y dirigirse a su lugar de origen y desaparecer misteriosamente. Según contaban que el objetivo de la salida de esta carreta era para conseguir almas con las cuales obtenían su salvación en otro mundo; es decir eran difuntos que venían a llevarse a todo aquel que se le cruzase en el camino.

LA VIUDA ALEGRE


LA VIUDA ALEGRE

Con traje que cubre hasta los pies y sobre el un manto grande, ambos de color de una noche tormentosa y cuando la luna está verde o sea en luna nueva hacía su aparición en la esquina, entre las calles Arequipa y Grau una señora de pequeña estatura que afirman se presentaba vestida de blanco. A veces se le ocurría pasear por las calles, acercándose a algún parroquiano o dejar que se le acerquen a ella; otras veces, ya rendida parece que iba a recuperar fuerzas sentándose en una banca del Parque. 

La Viuda Alegre cerca al cementerio.
La Viuda Alegre Cerca del Cementerio
En cierta oportunidad la señora encontró a don Bartolomé Chamaya en su casa de la calle Santa Clara, en paños menores, porque hacía mucho calor, don Bartolomé estaba en el quicio de la puerta de su casa. La mencionada dama lo invitó para que la acompañara. Aquel no esperó segunda petición y fue del brazo de ella. Pero después de haber caminado unos cuantos metros, el afortunado personaje se dio cuenta que don Chamaya iba en traje de Adán y con justicia tuvo temor. Las mujeres se cuidan hasta después de muertas.

Cuentan que cuando la mencionada mujer se veía muy sola, echaba a llorar con tanto sentimiento que parecía una criatura. En otra ocasión dicen que don Miguel J. Egart a quien llamaban cariñosamente el Zambo Egart se encontraba tomando licor en una tienda y al verse mareado salió para irse a su casa y al pasar por el parque vio a una señora sentada en una banca y para él fue todo un paraíso en esos momentos al verse los dos solitos, Egart acercándose le preguntó a la señora ¿qué hacía allí?, y si deseaba que la acompañara, empezando a llover los piropos y tantas cosas lindas por el zambo Egart que le seguía enviando palabras amorosas. Llegando al tamarindo rumbo a la Alameda y no la podía alcanzar y al darse cuenta adonde se dirigía nada menos que al cementerio; el zambo Egart sacó su revólver y disparó cinco tiros a este personaje invadido por un frío extraño, el valiente regresó decepcionado, levantándose muy temprano para componer el cuerpo con un guaracazo de yonque, juntos con sus amigos a quienes narró lo sucedido y ellos le informaron que era “La Viuda Alegre”. Seguía la chupeta y las composturas de cuerpo en las madrugadas como de costumbre; el macho Egart enfermó y no duró ni cuatro días más. Se fue en pos de la viudita alegre. Y como la señora encontró su otro gil, se encuentra satisfecha y dejando a los lechuzones hacer sus correrías sin estorbo.